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Posted on Sep 1, 2011 | 0 comments

Bono ER: ¿el comienzo de subsidios a la demanda en Salud?

El Presidente de la República, Sebastián Piñera, en con­junto con el Ministro de Salud Jaime Mañalich, anun­cia­ron el pasado 12 de Junio la entrega de un bono deno­mi­nado Bono Consulta Médica  Respiratoria (BCMR),el cual per­mi­tirá acce­der a los bene­fi­cia­rios del Sistema Fonasa Tramo A, a aten­ción médica a nivel del sis­tema pri­vado de salud.

Lo ante­rior, tiene su jus­ti­fi­ca­cion en aumen­tar la capa­ci­dad de res­puesta del sis­tema de Salud, para gru­pos vul­ne­ra­bles,  que en tiem­pos de alta demanda no tie­nen una cober­tura opor­tuna. Dirigido a un sec­tor que se iden­ti­fica como el más vul­ne­ra­ble en esta situa­ción, es decir, meno­res de 15 años y adul­tos mayo­res de 65. Ambos per­te­ne­cien­tes al tramo Fonasa A, que son carac­te­ri­za­dos como caren­tes de recur­sos o indigentes.

Podríamos decir que su vul­ne­ra­bi­li­dad radica en dos dimen­sio­nes pri­ci­pa­les: la sani­ta­ria pro­pia­mente tal y la socioeconómica.

Articulo original publicado en www.saludypobreza.cl  el 18/07/2011

Por Juan Pablo Morales*

Los sub­si­dios a la demanda

Históricamente, en nues­tro sis­tema de Salud Público, la polí­tica de finan­cia­miento se ha cons­truido en base a sub­si­dios a la oferta, es decir, el Estado pro­vee de recur­sos para que se pres­ten ser­vi­cios, gene­ral­mente, a tra­vés de enti­da­des públi­cas que for­man parte de redes asis­ten­cia­les propias.

Así enton­ces los recur­sos van diri­gi­dos a la con­tra­ta­ción de espe­cia­lis­tas, aumento de camas dis­po­ni­bles, cons­truc­ción de hos­pi­ta­les y otras accio­nes que van diri­gi­das a «ofre­cer» prestaciones.

Actualmente, exis­ten diver­sas corrien­tes que han estu­diado esta polí­tica de finan­cia­miento y frente a la «siem­pre» menor capa­ci­dad del Estado de «asig­nar efi­cien­te­mente los recur­sos», pos­tu­lan que el Estado debiese con­cen­trarse sola­mente en el fina­cia­miento y no en pres­tar ser­vi­cios en Salud.

En este con­texto, cobra impor­tan­cia el con­cepto de sub­si­dios a la demanda, que son sub­si­dios que no se diri­gen a los pres­ta­do­res de forma directa, sino que más bien a los indi­vi­duos, gene­rán­dose una trans­fe­ren­cia de recur­sos desde el Estado, para que estos eli­jan la enti­dad pres­ta­dora según sus preferencias.

Algunos sec­to­res polí­ti­cos como la Concertación,  han cri­ti­cado esta medida anun­ciando que se trata de una pri­va­ti­za­ción encu­bierta del sec­tor público, cri­ti­cando la entrega de este bono.

Quienes defien­den el sub­si­dio a la demanda ( Estudio Ilades/Georgetown 1991), ase­gu­ran que los bene­fi­cios micro­eco­nó­mi­cos son nota­bles en cuanto a que se incre­menta la efi­cien­cia en la asig­na­ción de los recur­sos.  Por lo que las refor­mas que debié­se­mos ver en el corto plazo a nues­tro sis­tema debie­sen estar basa­das en la gene­ra­ción cada vez mayor de este tipo de sub­si­dios, o más colo­quial­mente deno­mi­na­dos  «bonos».

Claramente que todos esta­mos de acuerdo que hay que diri­gir los esfuer­zos del Estado a aumen­tar el acceso,  la opor­tu­ni­dad, la dig­ni­dad y  la garan­tía de aten­ción en Salud, la pre­gunta es como la hace­mos. Como nues­tra socie­dad decide el hacerlo.  Por que hoy en  día sec­to­res impor­tan­tes de nues­tra pobla­ción, tanto a nivel público como pri­vado son vul­ne­ra­bles y final­mente «pobres», no por defi­ni­cio­nes de ingreso sola­mente, sino por que se ven impe­di­das de hacer uso de las cober­tu­ras pro­me­ti­das por ambos sis­te­mas, a diver­sos niveles.

Por otra parte, se debe plan­tear dere­cha­mente por parte de la socie­dad el debate sobre si que­re­mos un Estado pres­ta­dor de ser­vi­cios en Salud o prin­ci­pal­mente enfo­cado en el finan­cia­miento, ya que si lo ana­li­za­mos en otros pla­nos socia­les como la Educación, es evi­dente que  frente al avance y cre­ci­miento del sec­tor pri­vado, el sis­tema pre­senta fallas sis­té­mi­cas e indi­ca­do­res poco alen­ta­do­res que hoy tie­nen movi­li­zado a miles de jóvenes.

Lo que no debiese suce­der, es que frente a la inca­pa­ci­dad de aná­li­sis y diá­logo de la fuer­zas polí­ti­cas , las accio­nes en Salud sean fruto de las for­ma­cio­nes doc­tri­na­rias de los gobier­nos de turno y no sean polí­ti­cas de Estado. Es nece­sa­rio que se desa­rro­llen pen­sando en el mediano y largo plazo; en el Chile que que­re­mos y la Salud a la cual aspi­ra­mos desde aqui, ahora y pen­sando en 30 años más.

*Juan Pablo Morales Montecinos es Químico Farmacéutico y MBA, integrante de Políticas Farmacéuticas CEPFAR.

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